De la Oficina del Cardenal del Reino Unido.

IGLESIA CATÓLICA ROMANA DE INGLATERRA Y GALES - RITO LATINO.

Hermanos, Hermanas, Reverendos, Padres, Excelencias.

Les escribo esta carta para darles la bienvenida a todos a este alegre evento.

Su Excelencia me mantiene bien informado del bien que está ocurriendo en Colombia. Los felicito a todos por el arduo trabajo, les recuerdo durante este horrible tiempo de la pandemia de Covid-19 para que todos usen máscaras, mantenga una distancia de 2 metros y también se laven las manos con regularidad y frecuencia con agua y jabón.

La pandemia ha cambiado el mundo de muchas formas con restricciones sobre muchas libertades que como sociedad el mundo ha dado por sentado.

Este año 2.021 nos centraremos en el año de COMPASIÓN, MISERICORDIA y AMISTAD. Al promover y poner en práctica los 3 elementos, todos podemos superar muchos de los efectos secundarios que conllevan las restricciones de libertad.

Los tres elementos antes mencionados no son nuevos para el cristianismo, ya que son las acciones practicadas por todos los cristianos del mundo pasado y presente y las mismas acciones de nuestro amado Señor. Es fácil en estos tiempos modernos olvidar lo básico del cristianismo, pero sólo con la práctica y el ejemplo podemos continuar la obra del Señor.

Es extremadamente importante trabajar juntos en unidad como hermanos en Cristo para trabajar juntos como hermanos y hermanas proclamando los Evangelios.

Ahora es el momento de mantener la cabeza en alto y estar orgulloso de su fe y la del liderazgo bajo el cual se encuentra y la gran alegría de continuar su ministerio. Aumentar las vocaciones para la Iglesia, ya sea un novicio o un diácono permanente o transicional.

Es muy importante que las instrucciones de liderazgo se sigan en todo momento, ya que nuestro amado Señor Jesús, fue obediente y siguió la guía y las palabras de su Padre como también lo hizo Moisés.

Este año con la gracia de Dios será un año mejor para todos. Con el tiempo estará lleno de paz, amor y alegría. Recuerde sus votos que toma en sus ordenaciones el juramento no solo a la Iglesia sino también al apóstol moderno de Cristo siendo su obispo / arzobispo estos se toman al pie del altar por la misma razón está haciendo juramento ante Dios y sus representantes en la tierra atestiguado por el fiel. Tales juramentos no se toman en ningún momento probable, pero con la clara y precisa gravedad. Tales juramentos no deben ni pueden nunca romperse.

Una vez ordenado eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec (Sal. 110: 4) Hebreos 5: 6-10; Hebreos 6:20; Hebreos 7: 1-21).

Como Católicos Romanos de Rito Latino, encontramos las raíces de nuestro sacerdocio en la tradición de Melquisedec (CCC 1544). En Génesis 14: 18, Melquisedec ofrece un sacrificio de pan y vino. Por tanto, Cristo cumplió la profecía del Sal 110: 4, de que sería sacerdote "según el orden de Melquisedec" en la Última Cena, cuando partió y compartió el pan con sus discípulos. Como Católicos Romanos interpretamos más literalmente los mandatos de Cristo de que los apóstoles "hagan esto en mi memoria" y "tan a menudo como puedan". Como tal, la Iglesia Católica Romana de Rito Latino, al menos una vez al día en cada parroquia, ofrece el mismo sacrificio de pan y vino en la Misa, como parte del Sacramento de la Eucaristía.

Les envío toda mi Bendición Apostólica y rezo por todos ustedes en el amor de Cristo que todos ustedes se mantendrán a salvo durante esta pandemia y con la voluntad de Dios a tiempo. Oro y espero poder volver a verlos a todos pronto en mi próxima visita con Arzobispo William Blinkhorn.

Por favor envíe a todos los fieles mi bendición apostólica y buenos deseos y para recordar Para ellos, que rezo diariamente por su salud y bienestar, ya que los miles de kilómetros que estoy lejos de todos ustedes, no significa que hayan sido olvidados o fuera de las mentes del Colegio Mundial de Obispos, ya que todos están lejos de eso.

Dado este día 06 del año de Nuestro Señor 2021 en la ciudad de Birmingham, Inglaterra.

Su Gracia James Cardenal Atiknson-Wake

CARTA PASTORAL DE NAVIDAD 2.020.

DE S.E.R. MONS. FREDY ALEXANDER USUGA RESTREPO

PARA EL CLERO.

Hermanos en el Señor.

Obispos, Sacerdotes, Diáconos, Seminaristas, Aspirantes y Fieles en general.

“Porque un Niño nos es nacido, Hijo nos es dado; y el principado estará sobre su hombro; y se llamará su nombre admirable, consejero, Dios fuerte, padre eterno, príncipe de paz”

(Isaías 9:6).

Salud y paz.

Cercanos ya, a uno de los acontecimientos más importantes de la historia, la conmemoración del nacimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, he sentido la necesidad de dirigirme a todos ustedes, no solo como su pastor y director espiritual, sino también como un hombre cualquiera. Consciente de mi nada, de mis errores y mis pecados, pues lo dice el Señor en su palabra: "quién esté limpio de pecado que arroje la primera piedra" (Jn. 81-7).

Y es que en nuestro caminar cristiano, nos hemos olvidado de las tres grandes tentaciones que sufre hoy la humanidad entera y nos hemos permitido no sólo caer en ellas, sino lo que es más grave, hemos cedido terrenos al enemigo en el afán de figurar, poseer y sobre todo en el afán de adquirir poder. Nos hemos olvidado que como Jesús, estamos llamados a resistir al enemigo y sus tentaciones. (Mt 4,1-11) Y en este afán de figurar, no sólo estamos dejando de hacer las cosas bien, sino que pasamos por encima de la dignidad, no solo humana sino cristiana del otro y haciendo parecer los designios de Dios, un equívoco más en su plan salvífico.

ya lo dice el profeta Isaías (48,17-19):  «yo, el señor, tu dios,

     te instruyo por tu bien,

     te marco el camino a seguir.

Si hubieras atendido a mis mandatos,

     tu bienestar sería como un río,

     tu justicia como las olas del mar,

     tu descendencia como la arena,

     como sus granos, el fruto de tus entrañas;

     tu nombre no habría sido aniquilado,

     ni eliminado de mi presencia».

Y al recordar este pasaje Bíblico, se vienen a mi mente unas palabras de su gracia James Cardenal Atkinson-Wake, una exhortación que hacia no solo a mi como pastor particular de esta iglesia, sino a todo el pueblo santo de Dios, en dicha exhortación nos decía: “Es necesario que cada miembro de la iglesia sepa bien en que momento y lugar de la jerarquía y la historia se encuentra, pues es así, como se prepararán y aprenderán la forma de administrar cuando les llegue su momento”. Esto lo decía, con conocimiento de causa, pues en un momento de la historia, de nuestra historia como iglesia, vivimos momentos tensos de división y opresión.

Todos tenemos diferencias? Pues claro que sí, todos somos tan diferentes. Ni siquiera los dedos de la mano son iguales, y cada uno por diferente que sea, cumple una función indispensable para el buen funcionamiento; así es también la Iglesia, conformada por muchos miembros y todos poseen dones y carismas diferentes, pero todos son indispensables para el buen desarrollo y función de la Iglesia.

En los últimos días, hemos vivido tiempos nublados y esto ha generado inquietudes al respecto del buen funcionamiento de la Iglesia, por lo que quiero apelar a las palabras del Apóstol cuando dice: “muéstrame tu fe, que mis obras te mostrarán la mía” (Santiago 2: 18). No nos podemos permitir bajo ninguna circunstancia, caer en el juego sucio de desfigurar las buenas obras de otros, para tapar nuestras malas acciones. Este momento de la historia debemos ser justos con nosotros mismos, y sobretodo caritativos y misericordiosos con nuestros hermanos, en especial con aquellos a quienes Dios, ha puesto a nuestro lado como escuderos y acompañantes en el ministerio sacerdotal y en la vida cotidiana.

Pues dice el libro de los Proverbios (24:5-14) “Los sabios son más poderosos que los fuertes, y los que tienen conocimiento se hacen cada vez más fuertes. Así que, no vayas a la guerra sin consejo sabio; la victoria depende de que tengas muchos consejeros. La sabiduría es demasiado elevada para los necios. Entre los líderes en la puerta de la ciudad, los necios no tienen nada que decir. Una persona que maquina el mal se gana la fama de alborotador. Las intrigas del necio son pecaminosas; todos detestan al burlón. Si fallas bajo presión, tu fuerza es escasa. Rescata a los que están injustamente condenados a morir, sálvalos mientras van tambaleando hacia su muerte. No te excuses diciendo: «ay, no lo sabíamos». Pues Dios conoce cada corazón y él te ve. El que cuida tu alma sabe bien que tú sabías. Él pagará a cada uno según merecen sus acciones. Come miel, hijo mío, porque es buena, y el panal es dulce al paladar. Así también, la sabiduría es dulce a tu alma. Si la encuentras, tendrás un futuro brillante, y tus esperanzas no se truncarán.

Es decir, no hablando de las fallas o debilidades del otro, lograremos rescatarlo, pues las palabras como las acciones tienen una acción, y como es de saber toda acción trae una reacción, y estas a veces no son las que buscamos, pues pueden ser mal interpretadas o mal entendidas por los demás.

Para evitar estas situaciones, es imperativo no solo conocer sino poner en práctica las palabras de nuestro Señor: “Y si tu hermano peca, ve y repréndelo a solas; si te escucha, has ganado a tu hermano. Pero si no te escucha, lleva contigo a uno, a dos o más,  para que TODA PALABRA SEA CONFIRMADA POR BOCA DE DOS O TRES TESTIGOS. Y si rehúsa escucharlos, dilo a la iglesia; y si también rehúsa escuchar a la iglesia, sea para ti como el gentil y el recaudador de impuesto” (Mt 18: 15-20). Sólo entonces daremos razón de nuestra fe y convenceremos al mundo con nuestras obras del mensaje que predicamos, pues mostraremos el rostro humano, amoroso y misericordioso de Dios en nuestra forma de actuar.

Recordar el nacimiento del Hijo de Dios, es recordar la dulzura, paciencia y sobretodo la humildad de un Dios, que se hace hombre para estar más cerca de sus fieles, y esto sin importarle su categoría de Dios. (Filipenses: 2, 6-11)

Esta acción de nuestro Dios y Salvador, nos debe mover a todos, pastores y ovejas, a recordar que los soberbios, los orgullosos y los que se jactan de sus obras, están lejos del corazón de Dios, así lo proclama la Santísima Virgen maría, cuando consiente de que llevaba en su seno al verbo encarnado, decide ir al encuentro y ayuda de su prima Isabel, cuando dice: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia – como lo había prometido a nuestros padres – en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.» (Lc 1,46-56).

De todas las formas Dios, ha querido que nos ayudemos mutuamente, basando nuestras obras en el amor al otro como a nosotros mismos (Jn: 13: 34). Pues si decimos ser enviados, representantes de Jesús y nos denominamos como “cristianos”, estamos obligados no sólo a predicar, sino también a dar testimonio de vida, y esto significa poner por obra lo que predicamos.

En este sentido, quiero hoy reconocer mis múltiples faltas como hermano, pastor, amigo y sobre todo como miembro de una sociedad, que a gritos pide verdaderos mensajeros y verdaderos líderes, que conscientes de su nada y de su pequeñez, sepan dar el lugar a Dios a través de las obras y actos para con el prójimo, y así poder decir: “siervos inútiles somos, hemos hecho lo que teníamos que hacer” (Lc: 17: 10).

Pido perdón, si en mi afán de hacer bien las cosas, he pasado por encima de sus derechos anteponiendo los míos y sobre todo de su dignidad humana y cristiana, pisoteando de alguna manera sus ministerios y sus trabajos pastorales, sus vidas o menoscabando su trabajo cotidiano. Reconozco que soy un hombre falible, que se equivoca y que muchas veces no sabe reconocer en su propio ego los errores que ha cometido.

Reconozco que hay diferencias, sí. Pero estas no pueden ser un obstáculo para alcanzar la perfección a la cual estamos llamados, pues dice el Señor: “Sean perfectos como el Padre del cielo es perfecto”  (Mt. 5: 48). Y esta perfección se da en la medida que todos vamos haciendo camino y aprendemos de los errores, pues cada error debe ser una experiencia que no nos debilita, sino que nos haga más fuertes y sensibles ante las debilidades del otro.  Pues como lo dijera el Apóstol: “Hemos de gloriarnos sólo en la cruz de nuestro Señor” (Gl. 6: 14).

Que al recordar el nacimiento y la fragilidad de nuestro Señor, recordemos también nuestras fragilidades y, de este modo demos paso a la indulgencia y al amor, el cual debe ser en todo nuestro principal estandarte. Pues Dios quiso nacer en la pobreza y humildad de un pesebre, para enseñarnos que la humildad sincera, no es algo que se aprende, sino que nace en cada uno de nosotros desde el momento mismo que seamos conscientes de nuestra pequeñez, es decir ontológicamente.

Quiero terminar no sin antes pedirles perdón por mis faltas y decirles que los perdono, y que abro mi corazón para aceptar su perdón y sobre todo a la indulgencia que sé brotará desde sus corazones. Que sientan no sólo mi cercanía, sino también mi afecto, que como un hombre cualquiera, estoy dispuesto renunciar a mis egos y a que juntos continuemos de la mano, hombro a hombro y codo a codo en este, no un sueño, sino una realidad llamada IGLESIA CATÓLICA DE INGLATERRA Y GALES, feliz navidad y próspero año nuevo 2.021.

En Cristo, que se hace hombre para enseñarnos el valor de la humildad y el verdadero sentido de la amistad.

Su amigo y pastor,

+ FREDY ALEXANDER USUGA RESTREPO.

Arzobispo y Superior General de Colombia y Perú. 

A razón el notorio crecimiento de esta porción del pueblo Santo de Dios en Colombia, tanto a nivel de comunidad de fieles como de Clero, velando por el gobierno pastoral de nuestra Iglesia Católica de Inglaterra y Gales en Colombia.

El Arzobispo, Monseñor Fredy Alexander Usuga, ha pedido al Patriarca Su Gracia James Atkinson-Wake, el nombramiento de un Obispo Auxiliar para Medellín. 

Después de haber sido recibida con agrado la solicitud por Su Gracia, y luego de haber escudriñado la Terna enviada por el señor Arzobispo de Colombia, Su Gracia a designado como nuevo Obispo Auxiliar de Medellín al Muy Rvd. Pbro. Monseñor GUILLERMO LEÓN ACOSTA CARRILLO. Quién se ha demostrado dentro de nuestra Arquidiócesis sus virtudes y celo pastoral, velando no sólo por el bien de las almas sino también por el bienestar del clero en general. 

Monseñor Acosta, se ha desempeñado dentro de Arquidiócesis como:

       1. Párroco de la Catedral Santuario Cristo Milagroso.

       2. Vicario General de la Arquidiócesis.

       3. Abogado y Asesor del Tribunal Eclesiástico.

Cargos en los que se desempeñó prominentemente.

Su Consagración Episcopal y lectura del Mandato Apostólico será el día Miércoles 14 de Agosto del presente año, en la Parroquia Catedral Santuario Cristo Milagroso en la ciudad de Medellín. 

Con agradecimiento a Dios por las bondades recibidas en la persona del nuevo Obispo Auxiliar, le auguramos muchas bendiciones en este nuevo encargo pastoral de regir, gobernar y santificar al pueblo de Dios.